EL BÚHO, MATAR...PLACER DE LOS DIOSES
Capítulo 7 Corinne, lo miró con sus grandes ojos bruñidos por las lágrimas que, como pequeños diamantes, refulgían prisioneras entre las pestañas. Imanol por primera vez, después de mucho tiempo, sintió ternura por alguien que sufría. Ese sentimiento lo impactó. Nuevamente se preguntó que tenía de particular esa mujer que le movía las fibras más íntimas de su ser. Para él la belleza física no tenía importancia, sobre todo la belleza de las mujeres. Entonces, ¿que sentir lo impulsaba a abrazarla para brindarle consuelo y protección? Quizá su fragilidad. Corinne tenía la apariencia de una muñeca de porcelana. Su cabello rojizo caía sobre su espalda como un manto de terciopelo; su piel, del el más puro alabastro, despertaba apetencias insospechadas en él y sus ojos, esos increíbles ojos esmeralda, le aceleraban el corazón. Sentados en la suntuosa sala y él, sin soltarle las manos, suaves como pétalos de rosas, la animó a contarle su historia que intuía sería conflictiva. Ella inspir